189. Se debían borrar los hechos de Amalek (Dt. 25:17)
“Acuérdate
de lo que hizo Amalec contigo en el camino, cuando salías de Egipto”
Como
parte del pacto que en su momento Dios hizo con su pueblo, de manera específica
les señaló que se debían borrar los hechos de Amalek.
Deuteronomio
25
17 Acuérdate de lo que hizo Amalec contigo en el
camino, cuando salías de Egipto; 18 de cómo te salió al encuentro en el
camino, y te desbarató la retaguardia de todos los débiles que iban detrás de
ti, cuando tú estabas cansado y trabajado; y no tuvo ningún temor de Dios. 19 Por tanto, cuando Jehová tu Dios te dé
descanso de todos tus enemigos alrededor, en la tierra que Jehová tu Dios te da
por heredad para que la poseas, borrarás la memoria de Amalec de debajo del
cielo; no lo olvides.
Ahora bien, tal vez la primera pregunta que surge al leer
lo anterior es ¿qué fue lo que hizo Amalec con Israel cuando éste salía de
Egipto?
Éxodo
17
8 Entonces
vino Amalec y peleó contra Israel en Refidim. 9 Y
dijo Moisés a Josué: Escógenos varones, y sal a pelear contra Amalec; mañana yo
estaré sobre la cumbre del collado, y la vara de Dios en mi mano. 10 E hizo Josué como le dijo Moisés, peleando
contra Amalec; y Moisés y Aarón y Hur subieron a la cumbre del collado. 11 Y sucedía que cuando alzaba Moisés su
mano, Israel prevalecía; más cuando él bajaba su mano, prevalecía Amalec. 12 Y las manos de Moisés se cansaban; por lo
que tomaron una piedra, y la pusieron debajo de él, y se sentó sobre ella; y
Aarón y Hur sostenían sus manos, el uno de un lado y el otro de otro; así hubo
en sus manos firmeza hasta que se puso el sol. 13 Y
Josué deshizo a Amalec y a su pueblo a filo de espada.
14 Y Jehová
dijo a Moisés: Escribe esto para memoria en un libro, y di a Josué que raeré
del todo la memoria de Amalec de debajo del cielo.
Si
bien la instrucción de Dios con respecto a Amalec era clara, no sería sino
hasta más delante, durante el reinado del primer rey de Israel, Saúl, que
Israel tendría esta oportunidad, pero lo señalado por Dios no fue acatado por
Saúl haciéndole perder su reinado.
1
Samuel 15
Después Samuel dijo a Saúl: Jehová me envió a que te ungiese por rey
sobre su pueblo Israel; ahora, pues, está atento a las palabras de
Jehová. 2 Así ha dicho Jehová de los ejércitos: Yo
castigaré lo que hizo Amalec a Israel al oponérsele en el camino cuando subía
de Egipto. 3 Ve, pues, y hiere a Amalec, y destruye
todo lo que tiene, y no te apiades de él; mata a hombres, mujeres, niños, y aun
los de pecho, vacas, ovejas, camellos y asnos.
4 Saúl, pues, convocó al pueblo y les
pasó revista en Telaim, doscientos mil de a pie, y diez mil hombres de Judá. 5 Y
viniendo Saúl a la ciudad de Amalec, puso emboscada en el valle. 6 Y
dijo Saúl a los ceneos: Idos, apartaos y salid de entre los de Amalec, para que
no os destruya juntamente con ellos; porque vosotros mostrasteis misericordia a
todos los hijos de Israel, cuando subían de Egipto. Y se apartaron los ceneos
de entre los hijos de Amalec. 7 Y Saúl derrotó a
los amalecitas desde Havila hasta llegar a Shur, que está al oriente de
Egipto. 8 Y tomó vivo a Agag rey de Amalec, pero a
todo el pueblo mató a filo de espada. 9 Y Saúl y el
pueblo perdonaron a Agag, y a lo mejor de las ovejas y del ganado mayor, de los
animales engordados, de los carneros y de todo lo bueno, y no lo quisieron
destruir; mas todo lo que era vil y despreciable destruyeron.
10 Y vino palabra de Jehová a Samuel,
diciendo: 11 Me pesa haber puesto por rey a Saúl,
porque se ha vuelto de en pos de mí, y no ha cumplido mis palabras. Y se
apesadumbró Samuel, y clamó a Jehová toda aquella noche. 12 Madrugó
luego Samuel para ir a encontrar a Saúl por la mañana; y fue dado aviso a
Samuel, diciendo: Saúl ha venido a Carmel, y he aquí se levantó un monumento, y
dio la vuelta, y pasó adelante y descendió a Gilgal. 13 Vino,
pues, Samuel a Saúl, y Saúl le dijo: Bendito seas tú de Jehová; yo he cumplido
la palabra de Jehová. 14 Samuel entonces dijo:
¿Pues qué balido de ovejas y bramido de vacas es este que yo oigo con mis
oídos? 15 Y Saúl respondió: De Amalec los han
traído; porque el pueblo perdonó lo mejor de las ovejas y de las vacas, para
sacrificarlas a Jehová tu Dios, pero lo demás lo destruimos. 16 Entonces
dijo Samuel a Saúl: Déjame declararte lo que Jehová me ha dicho esta noche. Y
él le respondió: Di.
17 Y dijo Samuel: Aunque eras pequeño en
tus propios ojos, ¿no has sido hecho jefe de las tribus de Israel, y Jehová te
ha ungido por rey sobre Israel? 18 Y Jehová te
envió en misión y dijo: Ve, destruye a los pecadores de Amalec, y hazles guerra
hasta que los acabes. 19 ¿Por qué, pues, no has
oído la voz de Jehová, sino que vuelto al botín has hecho lo malo ante los ojos
de Jehová? 20 Y Saúl respondió a Samuel: Antes bien
he obedecido la voz de Jehová, y fui a la misión que Jehová me envió, y he
traído a Agag rey de Amalec, y he destruido a los amalecitas. 21 Mas
el pueblo tomó del botín ovejas y vacas, las primicias del anatema, para
ofrecer sacrificios a Jehová tu Dios en Gilgal. 22 Y
Samuel dijo: ¿Se complace Jehová tanto en los holocaustos y víctimas, como en
que se obedezca a las palabras de Jehová? Ciertamente el obedecer es mejor que
los sacrificios, y el prestar atención que la grosura de los carneros. 23 Porque
como pecado de adivinación es la rebelión, y como ídolos e idolatría la
obstinación. Por cuanto tú desechaste la palabra de Jehová, él también te ha
desechado para que no seas rey.
24 Entonces Saúl dijo a Samuel: Yo he
pecado; pues he quebrantado el mandamiento de Jehová y tus palabras, porque
temí al pueblo y consentí a la voz de ellos. Perdona, pues, ahora mi
pecado, 25 y vuelve conmigo para que adore a
Jehová. 26 Y Samuel respondió a Saúl: No volveré
contigo; porque desechaste la palabra de Jehová, y Jehová te ha desechado para
que no seas rey sobre Israel. 27 Y volviéndose
Samuel para irse, él se asió de la punta de su manto, y este se rasgó. 28 Entonces
Samuel le dijo: Jehová ha rasgado hoy de ti el reino de Israel, y lo ha dado a
un prójimo tuyo mejor que tú. 29 Además, el que es
la Gloria de Israel no mentirá, ni se arrepentirá, porque no es hombre para que
se arrepienta. 30 Y él dijo: Yo he pecado; pero te
ruego que me honres delante de los ancianos de mi pueblo y delante de Israel, y
vuelvas conmigo para que adore a Jehová tu Dios. 31 Y
volvió Samuel tras Saúl, y adoró Saúl a Jehová.
32 Después dijo Samuel: Traedme a Agag rey
de Amalec. Y Agag vino a él alegremente. Y dijo Agag: Ciertamente ya pasó la
amargura de la muerte. 33 Y Samuel dijo: Como tu
espada dejó a las mujeres sin hijos, así tu madre será sin hijo entre las
mujeres. Entonces Samuel cortó en pedazos a Agag delante de Jehová en Gilgal.
34 Se fue luego Samuel a Ramá, y Saúl
subió a su casa en Gabaa de Saúl. 35 Y nunca
después vio Samuel a Saúl en toda su vida; y Samuel lloraba a Saúl; y Jehová se
arrepentía de haber puesto a Saúl por rey sobre Israel.
Pero
esa desobediencia no termina ahí, sino que trajo consecuencias que, con el
tiempo, casi destruyen al pueblo de Israel. Esto lo encontramos en el libro de
Esther el cual narra como un tal Amán, segundo en el reino de Babilonia, urde
un plan para destruir al pueblo judío, plan que finalmente se vuelve contra él
gracias a la intervención de la reina Esther.
Pero
de éste Amán nos dice la Palabra que era “…hijo de Hamedata, que era descendiente
de Agag” (Esther 3:1), pero ¿quién era ese Agag?, ene l capítulo anterior de 1
Samuel 15, específicamente en los versículos 8 y 9: “Y tomó vivo a Agag rey de
Amalec, pero a todo el pueblo mató a filo de espada. Y Saúl y el pueblo
perdonaron a Agag, y a lo mejor de las ovejas y del ganado mayor, de los
animales engordados, de los carneros y de todo lo bueno, y no lo quisieron
destruir; mas todo lo que era vil y despreciable destruyeron”. ¿Cómo pudo ser
Amán descendiente de Agag?, una tradición judía establece que la muerte de Agag
no fue inmediata, sino que estuvo un tiempo preso, tiempo en el cual una de sus
concubinas lo visitó quedando embarazada de él, si bien no hay base bíblica
para esto es un hecho que Amán descendía de Agag.
De
manera natural todo lo anterior apunta a que la desobediencia a Dios tarde o
temprano tiene consecuencias ¡y peores que las originalmente se hubieren esperado!,
pero de igual forma, esto aplica para lo espiritual: Si no se desarraiga el
pecado de los elegidos, éste regresa y peor para el llamamiento. De hecho,
Jesús mismo señaló lo anterior en su momento.
Mateo
12
43 Cuando el espíritu inmundo sale del hombre, anda
por lugares secos, buscando reposo, y no lo halla. 44 Entonces
dice: Volveré a mi casa de donde salí; y cuando llega, la halla desocupada,
barrida y adornada. 45 Entonces
va, y toma consigo otros siete espíritus peores que él, y entrados, moran allí;
y el postrer estado de aquel hombre viene a ser peor que el primero. Así
también acontecerá a esta mala generación.
Para
entender lo anterior, se debe tener claro que el llamado de los elegidos va en
el sentido de imitar a nuestro Señor quien es Profeta, Sacerdote y Rey.
En la figura de Cristo podemos
ver reestablecido el sacerdocio de Melquisedec, aunque en esta ocasión de
manera eterna, de igual forma, si se ha restablecido el sacerdocio de Melquisedec
en la figura de nuestro Señor Jesús (Hebreos 7:12), y si nosotros estamos
llamados a ser coherederos con Él (Romanos 8:17) y de igual forma ser profetas
(Marcos 16:15-18), reyes y sacerdotes (Revelación 1:6), se hace necesario que
en nuestra persona se identifiquen esas tres funciones, “Porque somos hechura
de Dios, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios dispuso de
antemano a fin de que las pongamos en práctica” (Efesios 2:10).
Profeta
Al igual que Cristo, quien
decide seguirle como parte de la respuesta al llamamiento del que se ha sido
objeto, tiene la encomienda de proclamar la verdad que del Padre ha sido
revelada.
Romanos
10:14
¿Cómo,
pues, invocarán a aquel en el cual no han creído? ¿Y cómo creerán en aquel de
quien no han oído? ¿Y cómo oirán sin haber quién les predique?
Hechos
8:30-31,
Acudiendo
Felipe, le oyó que leía al profeta Isaías, y dijo: Pero ¿entiendes lo que
lees? Él dijo: ¿Y cómo podré, si alguno
no me enseñare? Y rogó a Felipe que subiese y se sentara con él… Entonces Felipe, abriendo su boca, y comenzando
desde esta escritura, le anunció el evangelio de Jesús.
Estas dos citas hacen énfasis
en la necesidad que tiene quien quiere conocer la verdad del Padre, de contar
con alguien que lo guíe en el conocimiento de Dios de manera correcta, lo cual
es corroborado con la sentencia siguiente:
Romanos
10:17
Así
que la fe es por el oír, y el oír, por la palabra de Dios.
Es por ello que lo que se
conoce como la Gran Comisión implica, para el cristiano, proclamar el mensaje
del Evangelio:
Mateo
28:19
Por
tanto, vayan y hagan discípulos en todas las naciones, y bautícenlos en el
nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo.
Marcos
16:15
Y les
dijo: «Vayan por todo el mundo y prediquen el evangelio a toda criatura.
Lucas
24:47-48
y que
en su nombre se predicara el arrepentimiento y el perdón de pecados en todas
las naciones, comenzando por Jerusalén. De esto, ustedes son testigos.
Hechos
1:8
pero
recibiréis poder cuando el Espíritu Santo venga sobre vosotros; y me seréis
testigos en Jerusalén, en toda Judea y Samaria, y hasta los confines de la
tierra.
Mateo
5:14-16
14 »Ustedes son la luz de este mundo. Una ciudad en
lo alto de un cerro no puede esconderse. 15 Ni se enciende una
lámpara para ponerla bajo un cajón; antes bien, se la pone en alto para que
alumbre a todos los que están en la casa. 16 Del
mismo modo, procuren ustedes que su luz brille delante de la gente, para que,
viendo el bien que ustedes hacen, todos alaben a su Padre que está en el cielo.
El entendimiento, acatamiento
y realización de esta función, la de profeta, puede verse desde los primeros
momentos de la iglesia naciente:
Hechos
2:38
Y
Pedro les dijo: Arrepentíos y sed bautizados cada uno de vosotros en el nombre
de Jesucristo para perdón de vuestros pecados, y recibiréis el don del Espíritu
Santo.
En ese sentido, quien así
hiciere será reconocido, más sin embargo quien no desempeñe esta función será
rechazado:
Mateo 24:45-51
45 ¿Quién es,
pues, el siervo fiel y prudente, al cual puso su señor sobre su casa para que
les dé el alimento a tiempo?
46 Bienaventurado
aquel siervo al cual, cuando su señor venga, le halle haciendo así.
47 De cierto
os digo que sobre todos sus bienes le pondrá.
48 Pero si
aquel siervo malo dijere en su corazón: Mi señor tarda en venir;
49 y comenzare
a golpear a sus consiervos, y aun a comer y a beber con los borrachos,
50 vendrá el
señor de aquel siervo en día que éste no espera, y a la hora que no sabe,
51 y lo
castigará duramente, y pondrá su parte con los hipócritas; allí será el lloro y
el crujir de dientes.
Sacerdote
La función sacerdotal, bajo al
sacerdocio de Melquisedec reestablecido por Cristo, implica para el cristiano
su desempeño a través de Jesús como Sumo Sacerdote:
Hebreos
10:19-20
Entonces,
hermanos, puesto que tenemos confianza para entrar al Lugar Santísimo por la
sangre de Jesús, por un camino nuevo y
vivo que El inauguró para nosotros por medio del velo, es decir, Su carne
Este acceso al Lugar
Santísimo, ganado por Cristo, implica para los cristianos la compartir con
Jesús la función sacerdotal:
1
Pedro 2:9
Pero
ustedes son linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido
para posesión de Dios, a fin de que anuncien las virtudes de Aquél que los
llamó de las tinieblas a Su luz admirable.
Romanos
15:16
para
ser ministro de Cristo Jesús a los gentiles, ministrando a manera de sacerdote
el evangelio de Dios, a fin de que la ofrenda que hago de los gentiles sea
aceptable, santificada por el Espíritu Santo.
Este desempeño de la función
sacerdotal por los cristianos no implica la perfección y santidad de estos
últimos sino el inicio de la función en tanto los creyentes son edificados:
1
Pedro 2:5
también
ustedes, como piedras vivas, sean edificados como casa espiritual para un
sacerdocio santo, para ofrecer sacrificios espirituales aceptables a Dios por
medio de Jesucristo.
Y como parte de esta función
hay desempeños específicos a los que los creyentes con llamados unidos a Cristo
Jesús:
Romanos
12:1
Por
tanto, hermanos, les ruego por las misericordias de Dios que presenten sus
cuerpos como sacrificio vivo y santo, aceptable (agradable) a Dios, que es el
culto racional de ustedes.
Romanos
6:13
ni
presentéis los miembros de vuestro cuerpo al pecado como instrumentos de
iniquidad, sino presentaos vosotros mismos a Dios como vivos de entre los
muertos, y vuestros miembros a Dios como instrumentos de justicia.
Hebreos
13:15-16
Así
que ofrezcamos continuamente a Dios, por medio de Jesucristo, un sacrificio de
alabanza, es decir, el fruto de los labios que confiesan su nombre. No se
olviden de hacer el bien y de compartir con otros lo que tienen, porque ésos
son los sacrificios que agradan a Dios.
Rey
La función de rey como parte
de quienes han sido llamados a salvación en el presente siglo, tiene una
connotación principalmente profética:
Revelación
1:5-6
Y
Jesucristo el testigo fiel, el primogénito de los muertos, y el soberano de los
reyes de la tierra. Al que nos amó, y nos lavó de nuestros pecados con su
sangre, y nos hizo reyes y sacerdotes para Dios, su Padre; a él sea gloria e
imperio por los signos de los siglos. Amén
Revelación
5:10
y nos
has hecho para nuestro Dios reyes y sacerdotes, y reinaremos sobre la tierra.
Revelación
20:6
Bienaventurado
y santo el que tiene parte en la primera resurrección; la segunda muerte no
tiene potestad sobre éstos, sino que serán sacerdotes de Dios y de Cristo, y
reinarán con él mil años.
Isaías
2:3 (Miqueas 4:2)
Y
vendrán muchos pueblos, y dirán: Venid, y subamos al monte de Jehová, a la casa
del Dios de Jacob; y nos enseñará en sus caminos, y caminaremos por sus sendas.
Porque de Sión saldrá la ley, y de Jerusalem la palabra de Jehová.
Más sin embargo los desempeños
inherentes a la función real, tienen verificativo inicial en el presente siglo
en la vida de los creyentes:
Mateo
20:25-28
Entonces
Jesús, llamándolos, dijo: Sabéis que los gobernantes de las naciones se
enseñorean de ellas, y los que son grandes ejercen sobre ellas potestad. Mas entre vosotros no será así, sino que el
que quiera hacerse grande entre vosotros será vuestro servidor, y el que quiera ser el primero entre vosotros
será vuestro siervo; como el Hijo del
Hombre no vino para ser servido, sino para servir, y para dar su vida en
rescate por muchos.
1
Corintios 6:1-4
¿Osa
alguno de vosotros, cuando tiene algo contra otro, ir a juicio delante de los
injustos, y no delante de los santos? ¿O
no sabéis que los santos han de juzgar al mundo? Y si el mundo ha de ser
juzgado por vosotros, ¿sois indignos de juzgar cosas muy pequeñas? ¿O no sabéis que hemos de juzgar a los
ángeles? ¿Cuánto más las cosas de esta vida?
Sí, pues, tenéis juicios sobre cosas de esta vida, ¿ponéis para juzgar a
los que son de menor estima en la iglesia?
Esta función real implica que
en el presente siglo, los llamados a salvación, deben poner a trabajar los
talentos con los que han sido dotados, ya que quien hace así será reconocido,
mientras que quien no produce será condenado:
Mateo 25:14-30
14 Porque el
reino de los cielos es como un hombre que yéndose lejos, llamó a sus siervos y les
entregó sus bienes.
15 A uno dio
cinco talentos, y a otro dos, y a otro uno, a cada uno conforme a su capacidad;
y luego se fue lejos.
16 Y el que
había recibido cinco talentos fue y negoció con ellos, y ganó otros cinco
talentos.
17 Asimismo el
que había recibido dos, ganó también otros dos.
18 Pero el que
había recibido uno fue y cavó en la tierra, y escondió el dinero de su señor.
19 Después de
mucho tiempo vino el señor de aquellos siervos, y arregló cuentas con ellos.
20 Y llegando
el que había recibido cinco talentos, trajo otros cinco talentos, diciendo:
Señor, cinco talentos me entregaste; aquí tienes, he ganado otros cinco
talentos sobre ellos.
21 Y su señor
le dijo: Bien, buen siervo y fiel; sobre poco has sido fiel, sobre mucho te
pondré; entra en el gozo de tu señor.
22 Llegando
también el que había recibido dos talentos, dijo: Señor, dos talentos me
entregaste; aquí tienes, he ganado otros dos talentos sobre ellos.
23 Su señor le
dijo: Bien, buen siervo y fiel; sobre poco has sido fiel, sobre mucho te
pondré; entra en el gozo de tu señor.
24 Pero
llegando también el que había recibido un talento, dijo: Señor, te conocía que
eres hombre duro, que siegas donde no sembraste y recoges donde no esparciste;
25 por lo cual
tuve miedo, y fui y escondí tu talento en la tierra; aquí tienes lo que es
tuyo.
26 Respondiendo
su señor, le dijo: Siervo malo y negligente, sabías que siego donde no sembré,
y que recojo donde no esparcí.
27 Por tanto,
debías haber dado mi dinero a los banqueros, y al venir yo, hubiera recibido lo
que es mío con los intereses.
28 Quitadle,
pues, el talento, y dadlo al que tiene diez talentos.
29 Porque al
que tiene, le será dado, y tendrá más; y al que no tiene, aun lo que tiene le
será quitado.
30 Y al siervo
inútil echadle en las tinieblas de afuera; allí será el lloro y el crujir de
dientes.
Lo anterior puede enlazarse
con la parábola de las minas ya que, quienes en este siglo trabajen con aquello
que se les dotó buscando primero el Reino de Dios y SU justicia, serán recompensados
en el siglo venidero, bajo el reinado de Cristo, de dominio sobre ciudades:
Lucas
19:11-27
11 Oyendo
ellos estas cosas, prosiguió Jesús y dijo una parábola, por cuanto estaba cerca
de Jerusalén, y ellos pensaban que el reino de Dios se manifestaría inmediatamente.
12 Dijo, pues:
Un hombre noble se fue a un país lejano, para recibir un reino y volver.
13 Y llamando
a diez siervos suyos, les dio diez minas, y les dijo: Negociad entre tanto
que vengo.
14 Pero sus
conciudadanos le aborrecían, y enviaron tras él una embajada, diciendo: No
queremos que éste reine sobre nosotros.
15 Aconteció
que vuelto él, después de recibir el reino, mandó llamar ante él a aquellos
siervos a los cuales había dado el dinero, para saber lo que había negociado
cada uno.
16 Vino el
primero, diciendo: Señor, tu mina ha ganado diez minas.
17 Él le dijo:
Está bien, buen siervo; por cuanto en lo poco has sido fiel, tendrás autoridad
sobre diez ciudades.
18 Vino otro,
diciendo: Señor, tu mina ha producido cinco minas.
19 Y también a
éste dijo: Tú también sé sobre cinco ciudades.
20 Vino otro,
diciendo: Señor, aquí está tu mina, la cual he tenido guardada en un pañuelo;
21 porque tuve
miedo de ti, por cuanto eres hombre severo, que tomas lo que no pusiste, y
siegas lo que no sembraste.
22 Entonces él
le dijo: Mal siervo, por tu propia boca te juzgo. Sabías que yo era hombre
severo, que tomo lo que no puse, y que siego lo que no sembré;
23 ¿por qué,
pues, no pusiste mi dinero en el banco, para que al volver yo, lo hubiera recibido
con los intereses?
24 Y dijo a
los que estaban presentes: Quitadle la mina, y dadla al que tiene las diez
minas.
25 Ellos le
dijeron: Señor, tiene diez minas.
26 Pues yo os
digo que a todo el que tiene, se le dará; más al que no tiene, aun lo que tiene
se le quitará.
27 Y también a
aquellos mis enemigos que no querían que yo reinase sobre ellos, traedlos acá,
y decapitadlos delante de mí.
Como puede verse, los
cristianos, a imagen de su Señor, incorporan en su persona las tres funciones
de profeta, sacerdote y rey, con todo y todo la pregunta sería ¿cuál de estas
tres funciones tiene preponderancia en
el siglo actual? “Bienaventurado y santo es el que tiene parte en la primera
resurrección; la muerte segunda no tiene poder sobre éstos sino que serán sacerdotes
de Dios y de Cristo, y reinarán con El por mil años” (Revelación 20:6), como
puede verse, si bien en el presente siglo las tres funciones de profeta,
sacerdote y rey están siendo desempeñadas por los cristianos, la realización
plena de las dos últimas está condicionada a ser considerados para participar
en la primer resurrección, luego entonces la función que en la actualidad
tienen mayor preponderancia es precisamente la de profeta.
Si bien la cita anterior
permite llegar a esta conclusión, este razonamiento no es del todo necesario ya
que leyendo las citas referidas a las funciones que como profeta, sacerdote y
rey debe desempeñar un cristiano, como ya se han visto, puede evidenciarse que
el llamado preponderante para este siglo, que no el único, es precisamente el ser profeta.
Entender
esto no es cosa menor ya que implica el comprender, aceptar y ejercer los
desempeños aunados con la función de profeta proclamando el Evangelio, siendo
de esta forma luz del mundo, y dando
testimonio a las naciones de la verdad del Padre.
El
mandamiento contemplado en las leyes mosaicas de que se debían borrar los
hechos de Amalek, sigue vigente, más sin embargo espiritualizado referido a la
obligación de los elegidos de borrar de sí mismos de raíz, con la ayuda del
Espíritu que se ha recibido, todo aquello que, del Enemigo, del Mundo y la
Carne se tiene para que esto no pueda brotar de nuevo dañando el andar en el
Camino a las promesas que se nos han dado.

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