87. Un animal cambiado por una ofrenda también es sagrado (Lv. 27:33)


“No mirará si es bueno o malo, ni lo cambiará; y si lo cambiare, tanto él como el que se dio en cambio serán cosas sagradas; no podrán ser rescatados”

 

Como parte del pacto que Dios había hecho con su pueblo se estipuló la cuestión relativa al diezmo, el versículo 32 de Levítico 27 señala “y todo diezmo de vacas o de ovejas, de todo lo que pasa bajo la vara, el diezmo será consagrado a Jehová”, posteriormente indica en el versículo 33 “no mirará si es bueno o malo, ni lo cambiará; y si lo cambiare, tanto él como el que se dio en cambio serán cosas sagradas; no podrán ser rescatados”.

 

Esta normativa permitía el cambio de lo diezmado, pero no el rescate del mismo, ¿por qué entonces podría darse ese cambio si el mismo no implicaba rescate?  Las vacas y ovejas que se habían apartado, santificado pues, como parte del diezmo, podían desarrollar alguna situación que hiciese lo diezmado imperfecto, con todo y todo ya había sido dado a Jehová, luego entonces lo único que cabía era dar en sustitución otras vacas u ovejas pero lo dado inicialmente permanecía como ya ofrecido a Jehová, no podía volver a manos de quien había diezmado.

 

Esta sombra tiene que ver con el llamamiento que todo elegido en el presente siglo ha respondido para venir a salvación. Al haber respondido a este llamamiento cada uno hemos sido revestidos de Cristo (Gálatas 3:27), en relación de esto cada quien tiene una función específica en el Cuerpo de Cristo, como señala Pablo escribiendo a los de Éfeso “y él mismo constituyó a unos, apóstoles; a otros, profetas; a otros, evangelistas; a otros, pastores y maestros,  a fin de perfeccionar a los santos para la obra del ministerio, para la edificación del cuerpo de Cristo,  hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios, a un varón perfecto, a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo” (Efesios 4:11-13).

 

Sobre esto, Pedro en su primer carta señala “Cada uno según el don que ha recibido, minístrelo a los otros, como buenos administradores de la multiforme gracia de Dios” 1 Pedro 4:10. De esta forma todos los elegidos tiene una función en el Cuerpo de Cristo, función cuyo objetivo es la edificación mutua de los santos.

 

Pablo sobre esto se extiende en su primear carta a los de Corinto:

 

1 Corintios 12

No quiero, hermanos, que ignoréis acerca de los dones espirituales.

Sabéis que cuando erais gentiles, se os extraviaba llevándoos, como se os llevaba, a los ídolos mudos.

Por tanto, os hago saber que nadie que hable por el Espíritu de Dios llama anatema a Jesús; y nadie puede llamar a Jesús Señor, sino por el Espíritu Santo.

Ahora bien, hay diversidad de dones, pero el Espíritu es el mismo.

Y hay diversidad de ministerios, pero el Señor es el mismo.

Y hay diversidad de operaciones, pero Dios, que hace todas las cosas en todos, es el mismo.

Pero a cada uno le es dada la manifestación del Espíritu para provecho.

Porque a éste es dada por el Espíritu palabra de sabiduría; a otro, palabra de ciencia según el mismo Espíritu;

a otro, fe por el mismo Espíritu; y a otro, dones de sanidades por el mismo Espíritu.

10 A otro, el hacer milagros; a otro, profecía; a otro, discernimiento de espíritus; a otro, diversos géneros de lenguas; y a otro, interpretación de lenguas.

11 Pero todas estas cosas las hace uno y el mismo Espíritu, repartiendo a cada uno en particular como él quiere.

12 Porque así como el cuerpo es uno, y tiene muchos miembros, pero todos los miembros del cuerpo, siendo muchos, son un solo cuerpo, así también Cristo.

13 Porque por un solo Espíritu fuimos todos bautizados en un cuerpo, sean judíos o griegos, sean esclavos o libres; y a todos se nos dio a beber de un mismo Espíritu.

14 Además, el cuerpo no es un solo miembro, sino muchos.

15 Si dijere el pie: Porque no soy mano, no soy del cuerpo, ¿por eso no será del cuerpo?

16 Y si dijere la oreja: Porque no soy ojo, no soy del cuerpo, ¿por eso no será del cuerpo?

17 Si todo el cuerpo fuese ojo, ¿dónde estaría el oído? Si todo fuese oído, ¿dónde estaría el olfato?

18 Mas ahora Dios ha colocado los miembros cada uno de ellos en el cuerpo, como él quiso.

19 Porque si todos fueran un solo miembro, ¿dónde estaría el cuerpo?

20 Pero ahora son muchos los miembros, pero el cuerpo es uno solo.

21 Ni el ojo puede decir a la mano: No te necesito, ni tampoco la cabeza a los pies: No tengo necesidad de vosotros.

22 Antes bien los miembros del cuerpo que parecen más débiles, son los más necesarios;

23 y a aquellos del cuerpo que nos parecen menos dignos, a éstos vestimos más dignamente; y los que en nosotros son menos decorosos, se tratan con más decoro.

24 Porque los que en nosotros son más decorosos, no tienen necesidad; pero Dios ordenó el cuerpo, dando más abundante honor al que le faltaba,

25 para que no haya desavenencia en el cuerpo, sino que los miembros todos se preocupen los unos por los otros.

26 De manera que si un miembro padece, todos los miembros se duelen con él, y si un miembro recibe honra, todos los miembros con él se gozan.

27 Vosotros, pues, sois el cuerpo de Cristo, y miembros cada uno en particular.

28 Y a unos puso Dios en la iglesia, primeramente apóstoles, luego profetas, lo tercero maestros, luego los que hacen milagros, después los que sanan, los que ayudan, los que administran, los que tienen don de lenguas.

29 ¿Son todos apóstoles? ¿son todos profetas? ¿todos maestros? ¿hacen todos milagros?

30 ¿Tienen todos dones de sanidad? ¿hablan todos lenguas? ¿interpretan todos?

31 Procurad, pues, los dones mejores. Más yo os muestro un camino aún más excelente.

 

Pero, ¿qué pasaría con un elegido con una función en el Cuerpo de Cristo que tropezase, que cayese?, ¿podríamos decir que es desechado? Pablo escribiendo a los de Roma hace ver esto como imposible: “Porque irrevocables son los dones y el llamamiento de Dios” (Romanos 11:29).

 

Lo anterior no debe confundirse con aquellos que habiendo conocido la verdad la rechazan llegando a estar en una situación peor que al inicio: “Porque si pecáremos voluntariamente después de haber recibido el conocimiento de la verdad, ya no queda más sacrificio por los pecados,  sino una horrenda expectación de juicio, y de hervor de fuego que ha de devorar a los adversarios. El que viola la ley de Moisés, por el testimonio de dos o de tres testigos muere irremisiblemente. ¿Cuánto mayor castigo pensáis que merecerá el que pisoteare al Hijo de Dios, y tuviere por inmunda la sangre del pacto en la cual fue santificado, e hiciere afrenta al Espíritu de gracia?” (Hebreos 10:26-29).

 

La situación planteada se refiere a un elegido que habiéndose allegado a la salvación, por la misma carnalidad que en la actualidad todavía se padece, tropieza, cae, ¿qué hacer?

 

Mateo 18

15 Por tanto, si tu hermano peca contra ti, ve y repréndele estando tú y él solos; si te oyere, has ganado a tu hermano.

16 Más si no te oyere, toma aún contigo a uno o dos, para que en boca de dos o tres testigos conste toda palabra.

17 Si no los oyere a ellos, dilo a la iglesia; y si no oyere a la iglesia, tenle por gentil y publicano.

18 De cierto os digo que todo lo que atéis en la tierra, será atado en el cielo; y todo lo que desatéis en la tierra, será desatado en el cielo.

19 Otra vez os digo, que si dos de vosotros se pusieren de acuerdo en la tierra acerca de cualquiera cosa que pidieren, les será hecho por mi Padre que está en los cielos.

20 Porque donde están dos o tres congregados en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos.

21 Entonces se le acercó Pedro y le dijo: Señor, ¿cuántas veces perdonaré a mi hermano que peque contra mí? ¿Hasta siete?

22 Jesús le dijo: No te digo hasta siete, sino aun hasta setenta veces siete.

 

En la misma línea de pensamiento Pablo escribe sobre lo mismo a los de Galacia.

 

Gálatas 6

Hermanos, si alguno fuere sorprendido en alguna falta, vosotros que sois espirituales, restauradle con espíritu de mansedumbre, considerándote a ti mismo, no sea que tú también seas tentado.

Sobrellevad los unos las cargas de los otros, y cumplid así la ley de Cristo.

Porque el que se cree ser algo, no siendo nada, a sí mismo se engaña.

Así que, cada uno someta a prueba su propia obra, y entonces tendrá motivo de gloriarse sólo respecto de sí mismo, y no en otro;

porque cada uno llevará su propia carga.

El que es enseñado en la palabra, haga partícipe de toda cosa buena al que lo instruye.

No os engañéis; Dios no puede ser burlado: pues todo lo que el hombre sembrare, eso también segará.

Porque el que siembra para su carne, de la carne segará corrupción; más el que siembra para el Espíritu, del Espíritu segará vida eterna.

No nos cansemos, pues, de hacer bien; porque a su tiempo segaremos, si no desmayamos.

10 Así que, según tengamos oportunidad, hagamos bien a todos, y mayormente a los de la familia de la fe.

 

Pero con todo y todo, en tanto el hermano, la hermana es restaurado, por el bien del Cuerpo de Cristo tal vez sea necesario temporalmente separarlo de aquellas unciones que tienen que ver con el mismo. Considerando la sombra de lo establecido por Levítico, sustituirlo por otro, temporalmente, siendo que ambos seguirán siendo santos, apartados para el servicio a Jehová, pero reconociendo que el que ha tropezado, caído, está en una situación de restitución hasta que de nuevo pueda otra vez servir al Cuerpo de Cristo.

 

El mandamiento contemplado en las leyes mosaicas de que un animal cambiado por una ofrenda también es sagrado, sigue vigente, más sin embargo espiritualizado referido aquellos elegidos que han respondido al llamamiento del Padre para venir a salvación en el presente siglo y que, por las debilidades propias de la actual carnalidad, tropiezan, caen, volviéndose no aptos para el servicio, siendo temporalmente sustituidos para el servicio del Cuerpo de Cristo en tanto con redimidos por la corrección fraterna en la caridad y mediante el arrepentimiento y la oración a través del sacrificios redentor de Jesús, nuestro abogado, para volver de nuevo a ser aptos para la obra.

 

Comentarios

Entradas populares de este blog

37. No imitar sus conversaciones con espíritus familiares (Dt. 18:10,11)

53. Una israelita no puede casarse con un amonita o un moabita aunque se convierta (Dt. 23:4)

36. No imitar sus consultas a los muertos (Dt. 18:10,11)