27. Deben colocar el pan de la proposición (Éx. 25:30)



“Y pondrás sobre la mesa el pan de la proposición delante de mí continuamente”

Otro de los deberes  que Dios había establecido en lo que se conoce como Antiguo Testamento para los sacerdotes que ministraban en Su templo era la obligación de poner diariamente delante de Él los panes de la proposición, dichos panes estaban en el Lugar Santo del Templo en una mesa que Dios indicó como debía construirse.

Hay que señalar que en esta mesa se colocaban dos pilas de pan diariamente, seis panes en una pila y seis en otra, panes que debían amasarse sin levadura (Levítico 24:5-9), el número doce inmediatamente trae a la mente las doce tribus de Israel, pero ¿por qué dos pilas?, porque se está hablando de los dos pueblos que serían uno, Israel y los gentiles (Efesios 2:14).

Como se ha comentado en otros apartados, el término Israel se refiere a El Que Vence siendo aplicable el mismo para todo aquel que en todos los tiempos ha respondido al llamamiento del Padre mostrándose fiel hasta el final, de esta forma esas dos pilas del pan de la proposición hablan de la familia de Dios.

Éxodo 25:23-30 presenta las indicaciones dada por Dios para la mesa sobre la cual estaban dichos panes, ¿qué podrá simbolizar’, de igual forma, ¿estará dicho simbolismo acorde con la explicación de que los panes representan a la familia de Dios?

En este caso hay que ver el uso que la mesa tenía y que es servir de soporte, de lugar de resguardo, de protección y contención de lo que en ella se ponía, en este caso, de las dos pilas de panes, si las dos pilas son el Pueblo de Dios, Su familia, ¿qué será eso que la soporta, la resguarda, la protege, la contiene? La Congregación, como se le conocía en el Antiguo Testamento, la Iglesia, como se le conoce en el Nuevo Testamento, es decir, aquella asamblea con organización y estructura, con normas y procesos, que sirven para la edificación de los llamados a salvación.

Es interesante que de la mesa para los panes de la proposición Éxodo 25 sí  entreguen sus medidas completas: longitud de dos codos, un codo su ancho, y altura de codo y medio (v. 23), el área total es tres. ¿Y qué dice la Escritura? Con el testimonio de dos o tres testigos versará toda verdad (Números 35:30; Deuteronomio 19:15; Mateo 18:16, 2 Corintios 13:1; 1 Timoteo 5:19; Hebreos 10:28), de igual forma se señala que donde dos o tres están reunidos en nombre de Jesús, Él mismo está ahí presente (Mateo 18:20), ambas cuestiones, el testimonio y comunidad hablan precisamente de la Asamblea de Dios, Su congregación, Su iglesia.

La lectura de las indicaciones relativas a la mesa de los panes de la proposición traen de manera automática una imagen ya conocida previamente: el Arca de la Alianza. Ambas están hechas de madera recubierta de oro (v. 23 y 24), ambas son rectangulares (v. 23), ambas tienen una cornisa y una moldura (v. 24 y 25), ambas tienen cuatro anillos en sus cuatro esquina (v. 26 y 27), ambas son transportadas con varas de madera cubiertas de oro (v. 28). Si bien todo el simbolismo subyacente a estas imágenes ya se comentó al abordar el Arca, Cristo, aquí se tiene una aplicación relativa a la congregación, a la iglesia, y si bien en el caso de Cristo el simbolismo entregado apuntaba a una comprensión del mismo plena, completa y total en el caso de su iglesia debe adecuarse pues la misma no será perfecta sino hasta su venida y la transformación gloriosa de los hijos de Dios, por eso es que en las disposiciones del Tabernáculo la mesa de los panes de la preposición junto con los panes se encontraba en el lugar Santo, no en el lugar Santísimo.

Pero continuando en la línea del pensamiento anterior, la comprensión del simbolismo del Arca permite ver que existe una relación muy estrecha con el simbolismo de la mesa de los panes de la preposición, siendo que si la mesa viene a ser la congregación, la iglesia, esto se entiende pues la misma es llamada Cuerpo de Cristo (1 Corintios 12:12-27) y Cristo llamado Su cabeza (Efesios 1:22; Efesios 5:23; Colosenses 1:18), siendo así que  el cuerpo no puede ser diferente de la cabeza sino por el contrario reflejar en su naturaleza muchas coincidencias, es por eso que la lectura de las indicaciones de la mesa de los panes de la preposición traen de manera natural las indicaciones relativas al Arca ya que ambas tienen una relación estrecha, el Arca como Cristo, cabeza de la congregación, de la iglesia, y le mesa como dicha congregación, dicha iglesia, cuerpo de Cristo.

Como complemento de la mesa de los panes de la preposición se indicaba que debían hacerse platos, cucharas, cubiertas y tazones de oro para su uso (v. 29). Dado que los platos, cucharas, cubiertas y tazones eran algo que se usaba en relación a las disposiciones relativas a los panes de la preposición y que tenían que ver con un uso en ello, su significado está aunado a lo que cada miembro de la congregación, de la iglesia, puede aportar para la edificación del Cuerpo de Cristo (1 Corintios 12).

El último versículo relativo a los panes de la preposición, el 30, señala que dichos panes deberían estar continuamente delante de Dios. Esto habla de cómo es que en todos los tiempos, en todas las edades, debía existir la congregación de Dios, Su iglesia, en el Antiguo Testamento en la figura del Pueblo de Israel, en el Nuevo Testamento en la figura de la iglesia de Dios, conformando ambos una sola familia: la familia de Dios. Siendo que para ambos existen promesas y profecías de su continua existencia a lo largo de los siglos, sin interrupción ni cesación, hasta que el plan divino sea consumado y es en esto donde los actuales elegidos, llamados a ser reyes y sacerdotes con Cristo, colaboran para que dichos panes, el Cuerpo de Cristo, esté continuamente delante de Dios.

El mandamiento contemplado en las leyes mosaicas de que los sacerdotes deben colocar el pan de la proposición delante de Dios sigue vigente más sin embargo espiritualizado referido al pueblo de Dios, Su familia, integrado por Los Que Vencen, siendo que los llamados a ello deben ayudar para que el Cuerpo de Cristo constantemente esté delante de Dios como corresponde a quienes son considerados como hijos de Dios.

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