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Mostrando entradas de septiembre, 2024

15. No alentar la adoración de ídolos, ni siquiera por no israelitas (Ex. 23:13)

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  “Y todo lo que os he dicho, guardadlo. Y nombre de otros dioses no mentareis, ni se oirá de vuestra boca”   La relación con Dios, quién es espíritu, debe ser de naturaleza espiritual. Desde el principio Dios nos dice algo que hemos comprobado con el devenir de la historia humana: por más buenas intenciones que uno tenga al tratar de representar a la divinidad es muy fácil que por nuestra naturaleza esto se desvíe a devociones o cultos que nos alejen del Dios verdadero, viviente, veraz, por ello en este segundo mandamiento se hace énfasis en no desviar nuestro culto debido a Dios hacia imágenes hechas por el hombre.   “No te harás imagen, ni ninguna semejanza de lo que esté arriba en el cielo, ni abajo en la tierra, ni en las aguas debajo de la tierra.  No te inclinarás a ellas, ni las honrarás; porque yo soy Jehová tu Dios, fuerte, celoso, que visito la maldad de los padres sobre los hijos hasta la tercera y cuarta generación de los que me aborrecen, y hago...

14. No jurar por los ídolos ni instigar a un idólatra a que lo haga (Ex. 23:13)

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  “Y todo lo que os he dicho, guardadlo. Y nombre de otros dioses no mentareis, ni se oirá de vuestra boca”   La relación con Dios, quién es espíritu, debe ser de naturaleza espiritual. Desde el principio Dios nos dice algo que hemos comprobado con el devenir de la historia humana: por más buenas intenciones que uno tenga al tratar de representar a la divinidad es muy fácil que por nuestra naturaleza esto se desvíe a devociones o cultos que nos alejen del Dios verdadero, viviente, veraz, por ello en este segundo mandamiento se hace énfasis en no desviar nuestro culto debido a Dios hacia imágenes hechas por el hombre.   “No te harás imagen, ni ninguna semejanza de lo que esté arriba en el cielo, ni abajo en la tierra, ni en las aguas debajo de la tierra.   No te inclinarás a ellas, ni las honrarás; porque yo soy Jehová tu Dios, fuerte, celoso, que visito la maldad de los padres sobre los hijos hasta la tercera y cuarta generación de los que me aborrecen, y hag...

13. No plantar árboles en el templo (Dt. 16:21)

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  “No plantarás ningún árbol para Asera cerca del altar de Jehová tu Dios, que tú habrás hecho”   Como parte del pacto que en su momento Dios hizo con su pueblo estableció normas relativas a su única y exclusiva adoración excluyendo cualquier elemento extraño de ésta.   Reiteradamente le mandó a su pueblo que, en cuanto a la adoración hacia Él, hiciese como los pueblos paganos que de la tierra prometida iban a expulsar.   Éxodo 23 23  Porque mi Ángel irá delante de ti, y te llevará a la tierra del amorreo, del heteo, del ferezeo, del cananeo, del heveo y del jebuseo, a los cuales yo haré destruir.   24  No te inclinarás a sus dioses, ni los servirás, ni harás como ellos hacen; antes los destruirás del todo, y quebrarás totalmente sus estatuas.   Deuteronomio 12 29  Cuando Jehová tu Dios haya destruido delante de ti las naciones adonde tú vas para poseerlas, y las heredes, y habites en su tierra,   30  guárdate qu...

12. No construir un estrado con el mismo propósito (Éx. 20:25)

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  “Y si me hicieres altar de piedras, no las labres de cantería; porque si alzares herramienta sobre él, lo profanará”   Como parte del pacto que en su momento Dios hizo con su pueblo estableció ciertas normas que tenían que ver con la manera en que éste se relacionaría con Él. Una de estas normas es la contenida en Éxodo 20:25 que establecía que, en caso que se hiciese un altar para los sacrificios y ofrendas, dicho altar no debería ser erigido con piedras labradas.   El entendimiento natural de esto es claro, recordemos que de los primeros mandamientos dados por Dios a su pueblo estaba el no pretender representarlo con figura alguna, lo cual se extendería a todo aquello que se utilizase en su servicio pues la debilidad humana haría que fácilmente se pervirtiera el culto, pero espiritualmente hay mayor comprensión.   Para nuestra naturaleza es evidente que lo que obtengamos en esta vida es proporcional al esfuerzo que imprimamos en ello, aunque esta visi...